jueves, 14 de junio de 2012

POESÍA Y RELIGIÓN

Juan Manuel Pérez García
Escritor, editor y docente

Aspectos íntimamente ligados y los cuales, en el contexto de las antiguas culturas mesopotámicas, no se puede estudiar a fondo una excluyendo a la otra.

Banner de Lemnos Drawing
Editoriales | Académicos

Toda obra literaria es el constructo mental de un autor, quien se encuentra inmerso en una realidad, ubicada dentro de un espacio y un tiempo específico. Dicha realidad se forma por medio de una serie de sucesos históricos, creencias religiosas, eventos culturales, interpretaciones filosóficas, concepciones de organización social y fenómenos lingüísticos; por eso, para poder comprender una obra literaria a cabalidad, es necesario siempre conocer cada uno de estos aspectos, ya que el autor, en su labor creadora, ya sea de manera consciente o inconsciente, plasma su propia interpretación de la realidad y la convierte en un elemento formal de su creación.

Víctor Hugo
Por este motivo considero importante dedicarle un apartado a la visión religiosa que desarrollaron los pueblos mesopotámicos, ya que las primeras manifestaciones literarias de estas antiguas culturas, están íntimamente ligadas con la experiencia de dicho aspecto ontológico del ser humano. En el siglo XIX Víctor Hugo, en el prefacio a su controvertida pieza teatral Cromwell, afirmaba que:
En los tiempos primitivos, cuando el hombre despierta a un mundo que acaba de nacer, la poesía despierta con él. Frente a las maravillas que le fascinan y le embriagan, su primera palabra es un himno. Está tan próximo a Dios todavía que todas sus reflexiones son himnos y todo es sueño, visiones. En su entusiasmo, canta tal como respira. Su lira no tiene más que tres cuerdas: Dios, el alma y la creación; pero este triple misterio lo implica todo, esa triple idea todo lo engloba (Hugo, 1981, p. 4).

Banner de los servicios editoriales de Lemnos Drawing
Transcripción | Corrección | Reseñas

El autor decimonónico se inclina hacia la visión religiosa proveniente del judeocristianismo; por lo cual coloca al libro del Génesis del Antiguo Testamento como la prístina oda de los tiempos primitivos, cuando habla de la lírica como la primera palabra emitida en la infancia del ser humano, a manera de alabanza hacia el dios patriarcal en quien el pueblo hebreo depositó su fe. Esta aseveración la realizó en 1827, seis años antes de que el inglés Henry Creswicke Rawlinson descifrara por completo la parte escrita en persa de la Inscripción de Behistún y demostrara que las otras dos lenguas eran el acadio y el elamita; por lo tanto, todas las literaturas mesopotámicas aún no habían sido exhumadas del sepulcro donde permanecieron más de dos milenios ocultos.

Octavio Paz
La intuición del dramaturgo francés, sin embargo, era acertada, al pensar que el género lírico, por medio del himno, había sido la primera manifestación poética; pues el hombre de la Mesopotamia Antigua, antes de narrar cualquier hazaña lograda por un hombre heroico, buscó enaltecer a la figura divina y a su creación a través de esta forma poética. Octavio Paz, en su reconocida obra El arco y la lira, afirma que: «Poesía y religión brotan de la misma fuente» (Paz, 2003, p. 118). De esta manera queda claro que ambos aspectos están íntimamente ligados en el contexto de las antiguas culturas mesopotámicas, y no podemos estudiar a fondo una excluyendo a la otra, ambas se abrazan, se enlazan tan fuertemente, que tenemos que abordarlas como un mismo fenómeno.

Así pues, atentando contra los postulados del método formal ―que buscó «liberar la palabra poética de las tendencias filosóficas y religiosas», para establecer una ciencia literaria, cuyo objeto de estudio debería ser «las particularidades específicas de los objetos literarios que los distinguen de toda otra materia», subordinando todo al dominio lingüístico (Todorov, 1991, pp. 25-26)―, pretendo que los jóvenes lectores, mis estudiantes, posean «un método de crítica que sea una síntesis constructiva entre las diversas críticas literarias y artísticas» englobando así las tres caras de un triedro, en el cual se pueden resumir las distintas intenciones críticas: las estructuras lingüísticas, el entorno socio-histórico y el aparato psíquico, los cuales «son indisociables y fundamentan el conjunto comprensivo o significativo de la obra de arte y, particularmente, del relato literario» (Durand, 1993, pp. 341-342).

Referencias bibliográficas
DURAND, Gilbert. De la mitocrítica al mitoanálisis. Figuras míticas y aspecto de la obra, introducción, traducción y notas de Alain Verjat. México, Anthropos editorial del hombre, Universidad Autónoma de México, 1993 (Autores, textos y temas hermeneusis 12).
HUGO, Víctor. Cromwell. México, Editores Mexicanos Unidos, 1981 (Colección Literaria Universal 65).
TODOROV, Tzvetan (ed.). Teoría de la literatura de los formalistas rusos, traducción de Ana María Nethol. México, Siglo XXI, 1991.
PAZ, Octavio. El arco y la lira. México, Fondo de Cultura Económica, 2003 (Lengua y estudios literarios).

Banner de servicios académicos de Lemnos Drawing
Poesía | Cuento | Regularización



TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR

ESCRITURA
CUNEIFORME
LITERATURAS
MESOPOTÁMICAS
TEOGONÍA
SUMERIO-ACADIO
ASPECTO SAGRADO
DEL AMOR ERÓTICO

¡COMPARTIR ES EL MEJOR APOYO!

No hay comentarios:

Publicar un comentario