Espacio emblemático de la Ciudad de México es la Plaza de Santo Domingo. Entorno a él se yerguen inmuebles que se destacan por su arquitectura e historia.
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Hay cosas que si a los ojos del vulgo no tienen todo el valor que merecen, presentan sin embargo al observador, un lado tan curioso y tan digno de profundizarse, que el escritor se sorprende, al ver que haya pasado tanto tiempo desapercibido lo que encierra en su estudio un problema y una solución.
La plazuela de Santo Domingo de México, una de las más pequeñas de la capital, considerando el punto central en que se halla, tiene una aglomeración de objetos dignos de estudiarse en su conjunto y en sus detalles. Si en ella no pudo levantar la arquitectura sus palacios y monumentos de aspecto elegante y seductor, la casualidad la ha convertido en un emblema del progreso de los tiempos.
Colocada muy cerca de la plaza de armas, la plazuela de Santo Domingo, abierta hacia el sur por la calle de mismo nombre, está flanqueada por dos calles que se dirigen paralelas al poniente y limitan su portal. Al oriente tiene otras dos calles, que desembocan en la plaza, forman la manzana de la Aduana, y al norte tiene una calle única, estando cerrada hacia este lado por su convento. En el centro debía estar una fuente; pero quedó colocada un poco más a un lado. Esta fuente, bastante fea, tiene en su remate un águila.
Transcripción | Corrección | Reseñas |
Antigua Aduana de México |
Al entrar a ella tenemos un portal, tan descuidado, tan viejo y tan sucio, que al contemplarlo, apenas se cree, que hay policía en México.
Sostiene ese portal unas casas de aspecto común, siendo todas casi propiedad ya de particulares. En el portal se ve la administración de unos cuantos coches de alquiler que hay en la plazuela; administración formada por una tienda de madera, en el que está encerrado el vigilante, como un santo en su nicho o un toro en su toril. Después se observan unas pequeñas mesitas numeradas, a donde pasan la vida desempeñando sus funciones los evangelistas, esos escribientes del pueblo.
El evangelista es un hombre que vive de la ignorancia de los demás: por una corta gratificación pone a nombre de una madre una carta para el hijo ausente, o a la esposa para el marido preso o al amante para la querida. En ese portal vegeta, hasta que una enfermedad lo lleva a un hospital, donde muere tan pobre y tan tranquilo, como ha vivido…
Si se nos permite un deseo, diremos que querríamos que el comercio comprase los edificios del portal para hacer una Lonja: estar frente a la Aduana explicaría la elección de este sitio para una Bolsa y su proximidad a los dominicos haría un magnífico contraste.
El convento de Santo Domingo, uno de los mejores de la capital, es notable por el carácter de la arquitectura de su frontispicio. Solo el espíritu monacal pudo haber inventado cercar la Iglesia con una pared tosca y elevada, y pintarlo todo de amarillo, quitando con ello la vista de todo el edificio. Sería mejor que esa cerca se tornase por un enrejado de fierro, lo que cambiaría el aspecto del conjunto y haría brillar el frente de la iglesia, que es muy bello y elegante.
Este convento era uno de los más ricos de la capital y tal vez el más distinguido; pero hoy se encuentra en un lamentable estado de decadencia y por diferentes causas ha llegado casi a su ruina.
Poesía | Cuento | Regularización |
Antigua Aduana y edificio de la Inquisición |
El ángulo que forman las calles de la Perpetua y los Sepulcros al desembocar en la plazuela, está cortado por el pórtico de la ex-Inquisición. He aquí porqué dijimos al comenzar que esta Plaza de Santo Domingo era un emblema de los adelantados el espíritu humano. La inquisición frente a los dominicos, pinta aquella terrible época en que era un crimen pensar y en que se quemaba al hombre ¡para enseñarle amar a Dios! La inquisición, pasada la época del terrorismo, prestó sus sangrientas y sombrías paredes, para que sirvieran de prisiones de Estado. ¡Cuántas familias recuerdan llorando el famoso patio de los Naranjos!
Pero, ¡cuán mudable es la condición de las cosas humanas! Este edificio imponente, cuyo aspecto ponía terror en el corazón, cuya sombra tenía algo de frío y siniestro como la muerte, después de haber sufrido grandes y diversas vicisitudes, después de haber servido de Seminario conciliar, es hoy el local en donde se ha planteado definitivamente el Colegio de Medicina. Montado con un lujo desconocido aún de los demás colegios, reglamentado por leyes sabias y liberales, lo más escogido de la juventud mexicana se apresura por concurrir a sus aulas para recibir una sólida instrucción, sin la degradante férula clerical. Aquí tenemos otra aplicación del contraste, adonde antes se descuartizaba para matar el pensamiento, hoy se usa del bisturí y el cuchillo, en provecho de la ciencia y bien de la humanidad.
Esto es lo más notable de la Plazuela de Santo Domingo. El viajero europeo verá, que si no hemos sido eruditos en la descripción, no nos ha faltado veracidad, ya que no era posible entrar en detalles más minuciosos por no traspasar los límites de un artículo de esta naturaleza.
Hilarión Frías y Soto
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