La calle del Puente de Roldán fue un verdadero muelle comercial. Todos los mercaderes de furtas, legumbres y flores concurrían a este lugar para hacer sus compras, en el México del siglo XIX.
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Ese canal que visteis tan alegre y hermoso en el Paseo de la Viga, presenta aquí un aspecto triste y desagradable: es que ahí le veíais extenderse gozoso en medio de campos esmaltados de verdura y flores, correr a través del valle de México, y aquí le tenéis aprisionado, comprimido entre edificios de poco gusto, antiguos y sombríos. Las aguas no son ya cristalinas y corrientes: las veis estancadas, negras, inmundas, pues esa parte del canal es el desagüe de todos los albañales del barrio.
Este canal es, sin embargo, muy concurrido; pero no por gente que busca el placer y el aire puro, sino por los vendedores de todas clases.
Transcripción | Corrección | Reseñas |
Mercado |
Desde la aurora hasta poco antes del mediodía, el comercio es muy activo en esa calle: todos los mercaderes de frutas, legumbres, flores, etc., que después se sitúan en los mercados, concurren aquí a hacer sus compras.
Las mercancías vienen en canoas conducidas a fuerzas de remos, y los vendedores son todos indígenas. Se ha pensado introducir la navegación por vapor en el canal; pero este proyecto ha tropezado siempre con inconvenientes que impiden su realización.
Este mercado tiene también su época en que toma una fisonomía particular. En tiempo de cuaresma, todos los viernes por la mañana el comercio de flores se reanima extraordinariamente. Pero el día que no tiene rival, es el Viernes de Dolores.
Poesía | Cuento | Regularización |
Calle de Roldán |
El desembarcadero de la calle de Roldán se transforma esa mañana en paseo, y con verdad causa asombro contemplar la inmensa cantidad de flores que se expenden.
El resto del día el canal permanece solitario, lamiendo los pies del convento religioso de la Merced, que se levanta austero y sombrío como una fortaleza, corriendo al pie de casas de mezquina apariencia; y solamente hasta en la tarde vuelve a renovarse el movimiento, a la hora en que las canoas cargadas de efectos, regresan a Iztacalco, a Mexicaltzingo, o a Chalco.
Fancisco González Bocanegra
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Cuandoi papá llegó a la Ciudad de México, con 14 años encima, le pareció una maravilla, todavía conoció los ríos que circundaban la ciudad
ResponderEliminarViví desde mi niñez, con solo 12 años, entonces corría el año de 1972, llegado de Toluca, ya los mejores tiempos del canal de Roldan habían pasado, sin embargo el comercio, sigue siendo la principal actividad económica del centro histórico. Recordar es volver a vivir.
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